lunes, noviembre 20, 2006

Rompecabezas

No quiero seducir tus pensamientos,
para tener tu cuerpo por las noches,
ni dibujar un mundo de ilusiones,
donde tal vez tu sueños se desborden.

Busco hallarte en la niebla de mi vida,
mi ángel secreto, mi infierno, mi agonía,
en medio del desierto de tus besos
tomo tus manos que gritan mis deseos...

Lo que me haces sentir no es de este instante,
no tiene tiempo, musa de mis silencios,
va más allá del fuego en los lamentos,
o de la soledad en que te encuentro.

No busco nada más que asir tu alma,
una vez basta, fundidos sin salida,
nombra mi mundo estrella de mis días,
dame tus miedos, recuerdos y alegrías...

jueves, agosto 31, 2006

Destierro

Te protejo de mi...

Destierro de tu piel y sus secretos,
destellos hasta hoy, sólo palabras,
no entiendas me murmuras en silencio,
ignora la verdad de esta nostalgia.

No sé como franquear estas murallas,
ola sin mar, estrella solitaria,
navego con mi lengua en tus recuerdos,
perdido en las tormentas sin tu cuerpo.

Tu diálogo sin voces aún me inquieta,
no ocultes el sendero hacia tus besos,
o al menos no deshojes por las noches,
la urdimbre provocada por mis versos.

En tu mirada hay algo que lamentas,
que te inquieta, te envuelve, que te aterra,
no huyas más de mí, no te persigo,
te espero encadenado a tus caprichos.

Se trata de sentir y abandonarse,
no es sólo de llorar y lamentarse,
busquemos conocernos sin mentiras,
perdidos en la brisa de los días.

Nostalgia de la luna en el desierto,
exilio de tus cráteres inciertos,
delirio al estar fuera de tu vida,
temor por el dolor de tus heridas.

martes, julio 18, 2006

Fata morgana

Quise advertirte que lo mío era más de momentos que de personas , el desapego aumenta con tu ausencia, las batallas de arena comienzan justo en el borde del dolor, al igual que tu salamandra de luz, sólo tierra seca, engendro de lodo y fuego.
Traté de prevenirte sobre la rasgadura de las tinieblas por el deseo de los cuerpos, ¿cómo regresar a la obscuridad? Strigele de las noches desoladas.
Evité cerrar los vértices dentro de mí para que pudieras salir por donde entraste, no sé dónde estás ahora... Encadenado miro mis entrañas, sin alas negras que me susurren al oído tu destino, este sueño de la muerte, continúa cercenando nuestra luna, cada vez más, mi mente se prepara en la partida, danzadora encantada, ¿qué hacemos con las aguas del Leteo? Sólo sentir y estallar cada vez hasta quebrarnos, bañados en esa tristeza de tus murallas. Caminas sobre mis letras sin dejar rastro, enredándote para no caer más allá de los huesos rotos, ¿hasta dónde llegará tu luna llena? Hazme cómplice de tus silencios, o al menos esparce algunos pétalos blancos si decidiste sepultarme, y deja una moneda debajo de mi lengua...
¿Porqué haces sangrar mis vicios en el extremo del placer? Cierra mis ojos con un beso. Vacío, soltar, abandonar, dejar ir la incertidumbre de tus estrellas, los Dióscuros ya no están entre mis manos, se me resbalan con tu aroma. ¿Terminó nuestro tiempo al subir la marea? Al bajar no habrá más símbolos, sólo restos y sueños que regresan, ahora puedes sentir, ya no me necesitas dentro para llorar. Tu gusto a mar salado yace en la tormenta de mis ciudades, no me importan tus destellos, mejor tu pálida presencia, mejor la eterna aratea de tu partida y el infierno amarillo que nos cubre, luna fatua te inventé sin conocerte y se me acabó tu piel para seguir tatuándome...

“Luna llena:/ tristeza que se escurre/ adherida por las paredes del alma./ Mejor no apagar la luz para no verte,/ no quiero dejarte ir...."

domingo, junio 25, 2006

Alétheia

Exasperante sobredosis de realidad,
no demasiada.

Realidad:
¿contacto físico?
¿exposición del alma?
¿seducción de la mente?
¿oculta fe en el destino?
¿diálogo de dos?
¿espacio-tiempo trascendente?

Si nunca hubieras estado entre mis brazos
no existiría tu ausencia,
presencia oculta,
aoristo de tu piel,
perfecto pasivo de tus besos,
declinación de mis recuerdos.

¿De qué color son mis ojos
cuando dices no hay un nosotros?
¿Nunca hubo un nosotros?

Difícil extrañarte:
si te arrastras por mi espalda,
si tu mirada busca
apasionarse sin razones y sin tiempo.

Terminó la espera,
ya no existes,
no más negación,
orgullo de tu silencio:
¿hasta dónde?

Hasta el final de mis palabras.
No más libros descansando sobre la mesa,
ya no hay letras,
sólo el tenue vacío de la nada,
retorno inexplicable al origen.

¿Aún no lloras?
¿aún no sudas?
¿aún no sientes?

Desde el fondo:
las manos sacan,
las uñas rasgan,
soltar siempre duele,
matar siempre angustia.

Letras colgadas en la pared,
guardadas en el otoño marrón,
más hojas muertas.

¿Hasta cuándo escucharte con los ojos?
¿hasta cuándo mirarme con tus labios?
Decide cuándo y por qué.

¿Enloquecer?
Mi locura verdadera acaba aquí:
¿dónde estás?

martes, mayo 23, 2006

Obscuridad

Sonrisa ausente:
Noche envuelta de sol por mis suspiros,
bruma de sentimientos aturdidos,
extraño encuentro de dos cuerpos caídos.

Marea baja:
Rosas que se desgarran sin palabras,
niebla de tu belleza solitaria,
sueños vacíos cayendo por tu espalda.

Terrible luna:
Melancólica muerte de amargura,
prefiero estar en ti a la locura,
de tenerte y perderme en las penumbras.

Verdad sin alas:
Mejor asir tu mente aún despierta,
que tocar el olvido de tu sexo,
que robar con mis labios tus lamentos.

(Para vos, no hay por que temer)

lunes, mayo 08, 2006

Niebla

Niebla:
viaje velado, oculto aislamiento,
contraste climático,
melancólica ciudad,
antigüedad que resiste
el peso agobiante de la modernidad.

Incertidumbre más allá de las manos,
más allá de los cuerpos cercanos,
delirio mental,
lengua cambiante,
en el fondo todo igual,
no importa la ubicación geográfica,
sólo este absurdo momento.

(Santiago de Chile, Mayo)

lunes, abril 17, 2006

Lunas.

Luna llena:
tristeza que se escurre
adherida por las paredes del alma.
Mejor no apagar la luz para no verte,
no quiero dejarte ir.

¿Porqué será tan atractiva esta melancolía de los muertos?
¿Esta ausencia voluntaria de la vida?

Más allá del suelo
huesos rotos y tumbas:
la tierra cayendo,
tinieblas,
el frío sopor del Leteo.

Rodillas sangrantes por la falta del deseo:
indiferencia,
silencio sin complicidad.

Lenguaje viciado por la carencia de tu sexo,
no siento nada por ti
si eso implica amarte,
prolonga mi agonía
hasta que deje de sentir
la urdimbre de mis palabras
entre tus pensamientos.

Gotas de hielo quemando mis recuerdos:
soledades que se acompañan en un ritmo decreciente,
imperceptible aislamiento,
náusea de sentimientos.

Delirio por tu dolor:
miedo en el extremo del placer,
letras insensatas sin coherencia,
vacío,
soltarse,
abandonarte.

Sangre hirviendo por tus labios
fundidos, confundidos,
lágrimas en los ojos que no me pertenecen,
negación:
yo no sudo,
yo no lloro,
yo no siento.

Noche en vela sin tu olor,
caer otra vez desde abajo,
siempre hay más profundidad
en la incertidumbre de tu cuerpo,
ojos cerrados, ya no importa...
Luna menguante.

viernes, marzo 17, 2006

De profundis

Me estuve llenando de ti despacio,
comiéndome en secreto cada día un gesto diferente,
metiéndome sigiloso en tus recuerdos,
ahora somos parte de nosotros.

Me aventé sin garantías,
creo que tropecé y lo peor apenas comienza,
tengo tristeza en la mano derecha y en la frente.

No quiero despertar, no apagues la luz.
Este sueño es lo más auténtico que he tenido en mucho tiempo,
te prefiero a ti,
sé que quiero conocerme a través de ti,
sé que me conoceré a través de ti...

Ahora me piensas
y mientras más quieres convencerte de que no existo,
más te das cuenta de que estoy presente.

Esto es demasiado fuerte,
intenso,
y sólo la muerte merece tal nombre,
cada momento de esta noche interminable muero un poco,
cuando llegue el final no habrá vuelta atrás,
sólo la hiel de la indiferencia y un habernos perdido para siempre,
esto es tan absurdo,
mis auténticas ganas de ti
y no la farsa de ese amor que profesas.

Te doy cierto tiempo,
no sé cuánto,
luego me iré sin haberte hallado.

No debí permitirme sentir tanto,
después de haber logrado cerrar mis sentimientos,
¿Dónde consigo el equilibrio y la paz?
No quiero ignorarte en mi memoria.

El problema de no dormir
es que la realidad se recorre,
Delirium tremens...

Te regalo mis silencios
y mi no presencia sin sabor,
tengo miedo en la mano izquierda y en los labios.

Rompiste el ritmo de mis palabras
en estas líneas que jamás te escribiré.
No quiero despertar, no me dejes caer.

Lo terrible del olvido es que el tiempo duele,
es que tu olor duele,
es que tus caricias duelen,
es que tu renuncia duele...
¿De dónde viene tanto dolor unidireccional?
Tengo melancolía en la mejilla izquierda y en los ojos.

Sólo cuídate de mis sombras en la espalda,
de oír mi voz rodeada por tu ausencia,
de que mis dedos se pierdan en tus sueños,
de despertar pensando en mi mirada...

martes, marzo 14, 2006

Ainós.

Llevo en la lengua el precio del destino,
fría moneda del último suspiro,
te sigo tras melódicos sonidos,
cuando mi barca se pierde en tus abismos.

Dentro de tus infiernos no hay salida,
melancólica bruma que hipnotiza,
de mi alma Tártaro enloquecida,
elixir de la muerte que es la vida.

Mendigo, por tus ojos en los míos,
por ver tu espalda ceder a mis hechizos,
quisiera descifrar tus laberintos,
mientras me muero llevado por tus ríos.

Si vas detrás de mi y no te percibo,
recuerda no llamarme en tus silencios,
no sea que me vuelva por tus besos,
poseedor de una sombra enardecido.

Nacemos por encima de la muerte,
morimos por debajo de la vida,
me tienes sin tratar de detenerme,
perdido sobre el rastro de tus días.

miércoles, marzo 08, 2006

Miedos IV

Al parecer pasamos la mayor parte de nuestras vidas abriendo círculos y brechas que intentaremos cerrar mientras dure el viaje de los sentidos.

viernes, marzo 03, 2006

Ítaca.

Tras tu espalda sólo arden las cenizas
de mil ciudades dejadas por mi marcha,
logré asaltar las ruinas invencibles,
más de tus muros escapo antes de hundirme.

Quizá pude olvidar por un momento
el extraño vaivén de tus recuerdos,
pero el vagar de nuevo en tus lamentos,
quebró mi mente, varada por tus besos.

Semanas ha, que sueño tus caricias,
digo tu nombre sin saber porque río,
necesito la espuma de tus días,
no soporto bogar sin tus suspiros.

Circe de mis insomnios y pasiones,
aún navego en la Estigia de tus flores,
cegado por el brillo de tus ojos,
busco augurios que calmen mis temores.

domingo, febrero 12, 2006

Costumbres.

Es terrible la costumbre de los cuerpos, buscar en una espalda los fantasmas que se han ido, morder cicatrices que no existen pero que duelen, oler recuerdos y asfixiarse con sudores pasajeros. ¿Qué hacer cuando los rituales son necesarios y la estabilidad es insorportable?

lunes, enero 30, 2006

Desde el exilio.

Me exilio de tus mares y senderos
tormenta encadenada de mis sueños,
escapo de perderme en tus abismos,
rendido por el canto de tu cuerpo.

Renuncio: a ser mendigo de tus dedos,
a las caricias que evaden tus secretos,
a tu mirada perdida en el silencio,
a tus espasmos salados y lamentos...

En nuestra luna te observo por las noches,
en las estrellas camino sin tus besos.
Te dejo andar sin sombras en la espalda
y en cada verso te lloran mis palabras.

martes, enero 24, 2006

Saciedad.

El vacío entre nuestros cuerpos terminó con los silencios
y cayeron los escombros de la sal por nuestros dedos
convertidos en palabras reemplazaban los deseos.


Nos separaban los miedos que cedieron ante un beso,
con las lenguas desbordantes asfixiamos los secretos
se rompieron las cadenas y los rostros se escurrieron.


El sudor se confundía con la esencia liberada
que bajaba por las manos por los labios y la espalda
mientras las almas temblaban esperando que pasara.


Nuestras sombras se fundieron por debajo de las olas
y los alientos mezclados inventaban nuevas formas.
Al final quedamos solos recordando nuestra historia.