lunes, enero 30, 2006

Desde el exilio.

Me exilio de tus mares y senderos
tormenta encadenada de mis sueños,
escapo de perderme en tus abismos,
rendido por el canto de tu cuerpo.

Renuncio: a ser mendigo de tus dedos,
a las caricias que evaden tus secretos,
a tu mirada perdida en el silencio,
a tus espasmos salados y lamentos...

En nuestra luna te observo por las noches,
en las estrellas camino sin tus besos.
Te dejo andar sin sombras en la espalda
y en cada verso te lloran mis palabras.

martes, enero 24, 2006

Saciedad.

El vacío entre nuestros cuerpos terminó con los silencios
y cayeron los escombros de la sal por nuestros dedos
convertidos en palabras reemplazaban los deseos.


Nos separaban los miedos que cedieron ante un beso,
con las lenguas desbordantes asfixiamos los secretos
se rompieron las cadenas y los rostros se escurrieron.


El sudor se confundía con la esencia liberada
que bajaba por las manos por los labios y la espalda
mientras las almas temblaban esperando que pasara.


Nuestras sombras se fundieron por debajo de las olas
y los alientos mezclados inventaban nuevas formas.
Al final quedamos solos recordando nuestra historia.