martes, julio 18, 2006

Fata morgana

Quise advertirte que lo mío era más de momentos que de personas , el desapego aumenta con tu ausencia, las batallas de arena comienzan justo en el borde del dolor, al igual que tu salamandra de luz, sólo tierra seca, engendro de lodo y fuego.
Traté de prevenirte sobre la rasgadura de las tinieblas por el deseo de los cuerpos, ¿cómo regresar a la obscuridad? Strigele de las noches desoladas.
Evité cerrar los vértices dentro de mí para que pudieras salir por donde entraste, no sé dónde estás ahora... Encadenado miro mis entrañas, sin alas negras que me susurren al oído tu destino, este sueño de la muerte, continúa cercenando nuestra luna, cada vez más, mi mente se prepara en la partida, danzadora encantada, ¿qué hacemos con las aguas del Leteo? Sólo sentir y estallar cada vez hasta quebrarnos, bañados en esa tristeza de tus murallas. Caminas sobre mis letras sin dejar rastro, enredándote para no caer más allá de los huesos rotos, ¿hasta dónde llegará tu luna llena? Hazme cómplice de tus silencios, o al menos esparce algunos pétalos blancos si decidiste sepultarme, y deja una moneda debajo de mi lengua...
¿Porqué haces sangrar mis vicios en el extremo del placer? Cierra mis ojos con un beso. Vacío, soltar, abandonar, dejar ir la incertidumbre de tus estrellas, los Dióscuros ya no están entre mis manos, se me resbalan con tu aroma. ¿Terminó nuestro tiempo al subir la marea? Al bajar no habrá más símbolos, sólo restos y sueños que regresan, ahora puedes sentir, ya no me necesitas dentro para llorar. Tu gusto a mar salado yace en la tormenta de mis ciudades, no me importan tus destellos, mejor tu pálida presencia, mejor la eterna aratea de tu partida y el infierno amarillo que nos cubre, luna fatua te inventé sin conocerte y se me acabó tu piel para seguir tatuándome...

“Luna llena:/ tristeza que se escurre/ adherida por las paredes del alma./ Mejor no apagar la luz para no verte,/ no quiero dejarte ir...."