lunes, diciembre 26, 2005

Coincidencias

Me pierdo en el murmullo de tu cuerpo
secreta herida de flores en invierno,
sollozo del silencio que se escapa
entre sirenas que lloran mis palabras.

Destino o coincidencia mis desvelos
por encontrarte más allá de mis sueños,
onírico recuerdo te evaporas
mientras mis manos se mezclan con tu sombra.

Te tengo un solo instante, mas despierto
y oigo tus pasos cruzando mis lamentos,
me olvido del delirio de tus besos
musa perdida en la luna de mis miedos.

martes, diciembre 13, 2005

Murmullos

Algunas veces son necesarias las ausencias prolongadas, ausencias de uno mismo, de los pensamientos que nos identifican, ausencias de los recuerdos y los olvidos, ausencias de los rostros y los cuerpos; después es posible reconocernos nuevamente, saber cual es esa parte de nosotros que nunca nos abandonará. Yo siempre estaré solo, únicamente existo en este instante, todo lo relacionado con el equilibrio y la estabilidad del contacto humano me aletarga, vacía mis sentidos. Mi vida personal es un caos, amigos aislados y relaciones fugaces que desaparecen con la misma intensidad y rapidez con la cual se crearon. Nunca he logrado coincidir, siempre busco algo más cuando no es el momento o doy demasiado cuando no lo esperan. Puedo ser un mendigo frente a una mirada inquieta o convertirme en un verdugo ante los sentimientos ajenos. Me gusta el sexo, descubrir en cada orgasmo la violencia y la ternura que encierrran las mujeres, perderme en sus viajes y sus colores, en sus jadeos y sus gritos, en sus olores y sabores. ¿Tú cres que terner sexo por tener sexo sea más honesto que hacerlo dentro de una relación estable? ¿Qué estés aquí en mi cama porque se nos antojó sea menos turbio a que estuvieras con tu esposo sólo por que firmaron un papel y se supone que eso deben hacer? Me gusta la libertad, se que es algo egoísta pero prefiero estar bien conmigo a tratar de que tu estés bien y nunca hacerte feliz. Prefiero estas sensaciones instantáneas a una compleja maraña de sentimientos movidos por la angustia. Cuando sienta celos por ti, sabré que debo abandonarte, aunque me fascine tu espalda y tus ojos me hipnoticen. A veces uno sólo se arroja al vacío con los ojos cerrados sin añorar demasiado, sin saber que tan alto es el precipicio ni que tan dura será la caída. Esta vez nos tocó viajar juntos, hace algunos años no te hubiera dejado ir, musa de mis silencios, mi Verónica. Ahora susurro a tu oído y espero que despiertes para desasirme de tu cintura y escuchar los murmullos de tu cuerpo mientras me abandonas nuevamente, sé que nos volveremos a encontrar.

“Me pierdo en el murmullo de tu cuerpo,/ herida oculta de flores en invierno,/ susurro del silencio que se escapa,/ verdad secreta guardada por tu espalda...”