sábado, abril 23, 2005

Añoranza.

Cuando los ángeles caen, el cielo se derrumba
con mis sueños, y solo imagino tu sonrisa,
que opaca el espacio, que hiere al silencio,
la luna se esconde detrás de tus ojos,
y el suelo se mece si escucha tu nombre.


Cuando los ángeles caen, los mares se desbordan
por mis venas, y tu imagen arde en mis pupilas,
y la tierra tiembla, y tu rostro brilla,
tu cuerpo es un grito que invade la noche
y se desvanece bajo nuestros roces.


Cuando los ángeles caen, los mundos se confunden
en un beso, porque pensar en dos no es posible,
si tu piel ha muerto, y mi sangre vive,
te asaltan mis dedos robando tu aliento,
y gimes despacio cayendo en el tiempo.

Despacio, despacio...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo prometido es deuda...

Nerea dijo...

Despacio...

Unknown dijo...

Que bueno que cambiaste de imagen, el otro Luisca parecía más ñoño que yo, y eso es decir.

Cher dijo...

¡Qué cambio de percepción estoy teniendo de ti! Antes me parecías un tímido romántico. Ahora un artista incomprendido.

Unknown dijo...

Añoro los labios, de cartón aún, que despacio me robaron los sueños. Añoro las ansias de tu boca y de tus versos. Añoro tantas cosas que recuerdan a marea y a colores de paleta seca.

Todos los besos