La añoranza de momentos que carecen de presente,
pasa y vuelve inadvertida por las sendas de la mente.
Se diluye en el engaño la pasión inevitable
y se esfuma en cada paso del camino hacia lo ausente.
De la vida siendo niños nos volvemos a la muerte,
pretextando la salida a una paz inexistente.
Del amor hacia el olvido, del deseo hacia lo inerte,
de los versos a al ruina del silencio que no miente.
Extranjeros sin camino, vagabundos solamente,
inventamos existencias, ignorando lo que duele.
Melancólicos erramos, dando saltos, tan vehementes
cual frenéticos engendros de este mundo indiferente.
6 comentarios:
Me encanta este poema.No digo nada más porque la poesía siempre me deja sin palabras...
YA QUE ANDAS ENTRE ÁNGELES Y DEMONIOS...VISÍTANOS:WWW.ANGELESYDEMONIOS.BLOGSPOT.COM
ESO ES SÓLO EL COMIENZO.
Cuánta necesidad de gritar!
Podría sentirme en cada palabra...
Besos de melancolía
caí desde el primer verso, para darme tremendo golpazo con el último...esta movió...
Saludos
Me sorprendo una y otra vez por tu facilidad para rimar...yo nunca he podido.
Abrazos.
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